TIEMPO Y JOYAS
Concord
C1 EternalGravity, el espacio tiempo resplandece.
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Una nueva estrella brilla en la galaxia Concord. Resplandeciente, esta pieza excepcional palpita al ritmo de una técnica desde ahora legendaria, en la que el tourbillon y el segundero se niegan a seguir los caminos trillados. Los diamantes y las cornalinas escoltan las indicaciones temporales con un único objetivo: exaltar la complejidad mecánica.
En Concord, la técnica y el dominio del tiempo son objeto de investigaciones y desarrollos particularmente punteros, aunque la estética y el dominio del espacio no se quedan atrás. La construcción emblemática de las cajas hace que la robustez se convierta en un estilo de pleno derecho, mientras las informaciones temporales están dedicadas a la audacia y la anticipación. Así lo demuestra el C1 EternalGravity.
Esta pieza única de 48,5 mm de diámetro hace gala de una gran originalidad técnica iluminándola con un fulgor espectacular. No menos de 403 gemas cubren la esfera y la caja de oro blanco de 18 quilates sin contravenir las reglas de construcción de Concord. Este reloj provocador está finamente engastado con diamantes baguette, mediante una técnica de engaste invisible que resalta su silueta. El acabado es impecable: la materia desaparece tras el brillo cristalino de las piedras. La carrura, el bisel y los famosos bastiones que protegen el cristal de zafiro de 3,3 mm de grosor están íntegramente engastados. Incluso el botón-pulsador y el protector de corona están ennoblecidos con diamantes talla baguette.
La esfera luce sus indicaciones bajo el destello de los proyectores. En un primer plano, la torre de las horas está inundada de luz y ha reemplazado sus índices aplicados tradicionales por diamantes negros. Las agujas Concord de aspecto industrial y nervioso forman un contraste sorprendente con el parterre joyero. La reserva de marcha y el trust index están situados a la altura de las 7h30 y de las 2h30, respectivamente. En esta ocasión adoptan agujas lacadas en color naranja armonizadas con el fuego de las cornalinas talladas en forma baguette. El engaste cierne las indicaciones, destacando con su fulgor el contador cronógrafo flyback.
El tourbillon y los segunderos pequeños son los protagonistas de esta obra maestra. La jaula del tourbillon, situada sobre el canto – en el margen entre la faz y el cuerpo del reloj-, está vinculada al movimiento mediante un piñón perpendicular que precisa una regulación extremadamente minuciosa. Grabados sobre una cinta de aluminio fijada al puente inferior del tourbillon, los segundos son totalmente solidarios a la jaula, la que gira sobre sí misma en un minuto. Las indicaciones del segundero son luminiscentes y desfilan a través de una ventana abierta sobre el canto de la caja del tourbillon. Nótese que debido a que ésta se encuentra dispuesta en posición vertical, los segundos se ven perfectamente por el lado anverso, en la faz del reloj.
La perfecta transparencia del fondo de la caja permite contemplar el movimiento de carga manual que oscila con una frecuencia de 21.600 alternancias por hora y está provisto de 38 rubíes. Los acabados y decoraciones de los puentes completan el diseño del reloj. La pulsera de piel de aligátor negro cubierta de caucho, tiene apariencia aterciopelada y está unida a la caja mediante cuatro tornillos auto-bloqueadores. La construcción de las ataduras, sin asas, asegura una forma única y ergonómica proporcionando un ajuste perfecto en la muñeca.