Cuando Loewe presentó su bolso Amazona en 1975, se abría una nueva era para la firma de lujo como para España que iba dejando atrás casi 40 años de dictadura.
El Amazona celebraba una España nueva, con más libertad. Nacía un bolso para las mujeres que comenzaban a disfrutar mayor poder y relevancia social.

Hasta entonces, los bolsos se diseñaban para propósitos específicos: una noche de ópera, una mañana de compras, una escapada de fin de semana. Cuando apareció el Amazona, éste se convirtió en el primer bolso para toda ocasión. Un bolso que no imponía su modo de uso.

Este modelo también se desligaba radicalmente de otra tradición del pasado, la de los bolsos armados y rígidos. A diferencia de éstos, el Amazona era blando y flexible, libre de elementos superfluos.

Para lograr un bolso Amazona de ante sin forro, se requiere de piel perfecta por ambas caras y una destreza artesanal superior, ya que las costuras quedan visibles y perfectas.

El bolso se compone de sesenta y una piezas. Seis horas de trabajo artesanal requiere cada pieza en promedio. Cuaro artesanos participan en la elaboración de cada bolsa.

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