"Quien quiere ver, tiene que cerrar los ojos“ Los ingenieros y diseñadores de Lange han hecho suyo el credo creativo del famoso pintor francés Paul Gauguin, para abrir nuevos caminos con una mirada no convencional y crear así un reloj revolucionario en todos los sentidos. "¿Cómo pueden combinarse de manera convincente los principios de un reloj mecánico y una presentación moderna de la hora?“ La respuesta consiste en el primer reloj de pulsera mecánico de una gran pureza en su configuración con indicación de precisión con cifras saltantes. 

Un nuevo lenguaje de las formas que supone una ruptura: el puente de plata alemana extiende grandioso sus alas sobre todo el ancho de la esfera para enmarcar así las grandes cifras de la indicación de las horas y de la indicación los minutos, colocadas de manera prominente una al lado de la otra. Hacia abajo rodea la esfera auxiliar del pequeño segundero y reúne así en un todo armonioso las tres unidades de la medición del tiempo. La corona, más fácil de manipular gracias a un cerrillado en bisel, se presenta hacia la derecha arriba quedando así más realzada. Y en el tercio superior, la indicación permanente de la reserva de marcha nos informa de manera absolutamente fiable de cuando hay que aportar nueva energía al mecanismo.

El nuevo rostro corresponde a una revolucionaria construcción del mecanismo dentro de una caja de oro o de platino de 41,9 milímetros, que con un diámetro de 33,6 milímetros. A pesar de todos los avances, este reloj con la marca "A. Lange & Söhne“ sigue siendo un ardiente defensor de los clásicos valores relojeros: una mirada a través del fondo de cristal de zafiro permite contemplar el calibre de la manufactura L043.1 minuciosamente decorado, que además de todas las novedades técnicas presenta naturalmente también la platina tres cuartos, el puente del volante grabado a mano y los engastes de oro atornillados, que constituyen el fundamento tan fiable como refinado de cada uno de los relojes de Lange.

Con su apariencia exterior y sus valores internos, el LANGE ZEITWERK es no sólo un reloj que abre nuevos caminos sino también una afirmación de la personalidad y del estilo de su propietario, al que ofrece una nueva vivencia del tiempo ya sea con los ojos abiertos o cerrados.

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